Con
la bendición y dirección de su Eminencia, el Arzobispo
Antonio Chedraoui, Metropolita de la Arquidiócesis de la Iglesia
Ortodoxa Antioquena en México, Venezuela, Centroamérica y
el Caribe, continuamos nuestra tarea de trasladar los tesoros
del culto y la música bizantina al idioma español. Escogimos
para la segunda producción (después de la Divina Liturgia
de San Juan Crisóstomo) el servicio de la Paráclesis: Súplicas
a la Madre de Dios.
La palabra griega paráclesis
significa “súplica” y se usa para indicar un tipo de cánones
devocionarios de súplicas hacia la Virgen Madre de Dios o
hacia los santos. El canon es una cadena de nueve odas -de
las cuales, la segunda se omite por razones litúrgicas- y
cada oda, en su turno, consiste en unos troparios o himnos
compuestos sobre un mismo orden rítmico.
La Paráclesis a la Madre de
Dios es muy cercana al corazón del pueblo ortodoxo;
se suele cantar durante la vigilia de la Dormición de la Virgen
(o fiesta de la Asunción para la tradición católica romana),
del 1° al 15 de agosto; en los monasterios constantemente
la celebran durante la semana y los fieles en sus apuros o
tristezas, dificultades o alegrías, acostumbran cantarla individual
o comunitariamente.
Si san Lucas, en
los primeros dos capítulos de su Evangelio, pintó con el pincel
de su fe el primer icono de la Madre de Dios -que es la “Llena
de gracia..., Bendita entre los mujeres..., Madre de mi Señor...,
Bienaventurada..., que guardaba todas las cosas y las meditaba
en su corazón...”-, entonces el servicio de la Paráclesis
no es otra cosa sino dibujar con palabras y melodías el icono
de la Madre de Dios, el llamado (odighitria), es decir “la
Conductora”, icono en el cual la Virgen lleva en su brazo
izquierdo al “Príncipe de Paz” y con su mano derecha nos lo
muestra diciéndonos, como a los servidores en la boda de Caná:
“Haced lo que Él os diga.”
¡Santísima Madre de Dios,
sálvanos! La literatura ortodoxa ha permitido invocar
a la Virgen con la petición “sálvanos”, sin olvidar que el
único Salvador es Jesucristo; aquí lo decimos en el sentido
de que ella nos salve por sus intercesiones, que nos saque
de nuestros apuros: es un grito de alguien que pide auxilio.
El texto fue traducido al
español directamente del griego; tratamos de guardar
el balance entre la fidelidad al texto original, las exigencias
del castellano y la belleza rítmica y musical de estas oraciones.
Conservamos el título “Paráclesis” por considerar que al traducir
el servicio a diversos idiomas, la palabra griega ha sido
conservada para identificarlo.
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El coro de la Catedral de San
Jorge ofrece este disco como veneración a la Santísima
Madre de Dios pidiendo sus intercesiones para todos los integrantes,
pero también para que el Señor les siga otorgando la gracia
de alabar su Nombre para siempre.
Finalmente, pedimos
disculpas por cualquier equivocación en la traducción, trascripción,
o interpretación: Dios es el único Infalible. |